Es una infestación del cuero cabelludo producida por el pediculus humanus var. capitis, que constituye un problema sanitario y social de difícil solución.
La transmisión se hace en forma directa (cabeza a cabeza) o por fomites (vinchas, sombreros, peines) ya que el piojo no está preparado para volar ni saltar. Los huevos en condiciones ambientales favorables, son potencialmente infestantes.
Los piojos de la cabeza son insectos hematófagos, miden de 1 a 4 mm de largo y el color es blanco grisáceo, cambiando al pardo rojizo cuando están repletos de sangre. Su vida media es de alrededor de 40 días; sin alimentarse sobreviven de 12 a 24 horas (en el laboratorio las condiciones favorables son 18ºC y 80% de humedad). La hembra deposita un promedio de 55 huevos (liendres) en su vida de aproximadamente 10 días como adulto, uno por pelo, en la emergencia del tallo piloso y fuertemente adherido mediante un cemento llamado quitina. Las liendres son ovoideas, miden 0,8 mm y el color blanco amarillento de las recientes se torna grisáceo a medida que se alejan del ostium folicular. Los huevos eclosionan alrededor de los 8 días, por lo tanto, si consideramos que el pelo crece 0,5 mm por día, las que se hallen a más de 4 mm del cuero cabelludo deben considerarse desparasitadas. El piojo emergente es una ninfa, la que alcanzará el estado adulto dos semanas después, luego de sufrir tres mudas.
Existen tres formas del piojo:
Ninfa: La liendre sale del huevo y se convierte en un pequeño piojo llamado ninfa. Tiene el aspecto de un piojo de la cabeza adulto, pero es más pequeño. Las ninfas maduran convirtiéndose en adultos en aproximadamente 7 días después de la incubación. Para sobrevivir la ninfa tiene que alimentarse de la sangre de la persona.
Síntomas
El primer síntoma es el prurito ocasionado por la picadura del piojo, siendo la localización más frecuente la zona occipital y retroauricular. La exposición reiterada a las picaduras produce pápulas edematosas y pápulo-vesículas. Las complicaciones son el eccema y el impétigo presentándose a veces con adenomegalias cervicales posteriores o retroauriculares.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la visualización del piojo y el hallazgo de las liendres adheridas al pelo. Esta adherencia sirve para diferenciarlas de la pitiriasis del cuero cabelludo y de las vainas peripilares de queratina.
Tratamiento
El tratamiento se basa en la eliminación de los piojos y las liendres del cuero cabelludo y de los objetos que los portan. Si hay eccema o infección, deberán resolverse primero estas complicaciones. En el neonato y los lactantes pequeños se utilizan métodos mecánicos, arrastre con el lavado diario y peine fino para la eliminación del piojo.
Para eliminar las liendres es útil el vinagre o la crema enjuague que permiten disolver la quitina y el pasado del peine fino primero a contrapelo y luego a pelo para favorecer el desprendimiento de éstas.
Los peines y otros elementos con piojos deben sumergirse en agua hirviendo durante 10 minutos o en alcohol al 70% para desparasitarlos.
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